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Denunciamos:

Que el actual sistema extractivista en nuestros países está destruyendo nuestra diversidad biocultural, poniendo en riesgo la vida en la Tierra.

Considerando:

Que el agronegocio, como expresión del modelo extractivista, ha cambiado el eje de la agricultura suplantando la producción de alimentos por mercancías, y que las consecuencias directas para nuestros pueblos son el despojo de los territorios; la eliminación de los pueblos originarios y las comunidades campesinas; la concentración de la tierra; la deforestación de bosques nativos; la degradación irreversible del ambiente y la biodiversidad.

Que los actos de biopiratería sobre nuestro germplasma vulneran nuestra soberanía alimentaria, económica, política y cultural.

Que el poder político en su mayoría no esta cumpliendo con su misión de promover el bien común y proteger la vida, sometido al poder económico y a los intereses de las grandes transnacionales

Declaramos:

Que asumimos nuestra propia defensa frente a los intereses del agronegocio y protegeremos nuestros pueblos y nuestros territorios. Para ello:

  • Exigimos a cada uno de nuestros Gobiernos que apoye el reconocimiento del Ecocidio como el quinto crimen contra la paz y la seguridad de la humanidad ante la Corte Penal Internacional.
  • Postulamos la construcción del principio de equiparación por el cual deben universalizarse los criterios de mayor beneficio y/o protección alcanzados sobre la salud y el ambiente en una región o continente.
  • Exhortamos el cumplimiento del principio de no regresión, ya que nuestros países están siendo sometidos a procesos legislativos de flexibilización de las normas de protección ambientales, que en la mayoría son el resultado de luchas populares.
  • Exigimos el cumplimiento del Principio de Solidaridad intergeneracional e Indubio Pro-natura: en caso de duda, a favor de la naturaleza
  • Sostenemos que la educación es un motor de transformación social al servicio de los pueblos y la naturaleza, y no una herramienta de dominación.
  • Instamos a los consumidores europeos a dejar de comprar carne, soja y otras materias primas latinoamericanas, cuya producción vulnera los Derechos Humanos.
  • Rechazamos los Tratados de Libre Comercio por someter las autonomías de los pueblos.
  • Defendemos las semillas criollas y nativas dado que son fuente de diversidad biológica y cultural, que inspiran la creación individual y colectiva en las comunidades y son fuentes de Vida. Reivindicamos el derecho de guardar, reproducir, multiplicar, intercambiar, donar, compartir y vender libremente las semillas.
  • Manifestamos nuestro compromiso con la defensa y la promoción de la agricultura campesina, especialmente con las prácticas agroecológicas.
  • Desconocemos los organismos genéticamente modificados e híbridos degenerativos como semillas, ya que no cumplen la función de generar y sostener la vida.
  • Nos solidarizamos con el pueblo haitiano, victima de una catástrofe climática producto del modelo económico.
  • Rechazamos el gobierno ilegítimo hetero, patriarcal, racista y saqueador de Brasil.
  • Refrendamos la firma de los acuerdos de Paz en Colombia entre el Gobierno y las FARC como una oportunidad de construcción de paz, estable, duradera y con justicia social. Respaldamos a quienes han vivido la guerra.
  • Rechazamos las políticas desestabilizadoras que amenazan la autonomía y la soberanía de Latinoamérica.

Herederos de las luchas liberadoras de la historia latinoamericana, confiamos en nuestra capacidad para recuperar la soberanía, y abrazamos fraternalmente la lucha emancipadora de los pueblos del mundo.